viernes, 30 de diciembre de 2011

Flores, brujas, cajas y risas

Cada vez que finaliza un año a todo el mundo le da por decir que hay que hacer balance. Pues yo no soy contable ni banquero para hacer eso, así que, lo que voy a hacer en mi última entrada del año es dar las gracias.

Gracias a todas las personas que han estado conmigo. Gracias a todos los que me han prestado su hombro. Gracias a todos los que me han dado hachazos, a los que me han obligado a respirar, a los que me han sacado de paseo, a los que me han comprado helados. Gracias a los que me han hecho reflexionar y ordenar mis ideas, a los que me han dado pócimas para mejorar por dentro y por fuera, a los que me han ayudado a meter mi vida en cajas. Gracias a los que me han hecho reir hasta dolerme la cara, a los que me han ayudado a no perder el rumbo, a los que me han permitido ayudarles para no perder el rumbo, a los que me han animado a hacer locuras, a los que han hecho locuras conmigo, a los que me han dado ideas, a los que han aparecido de repente en mi vida, a los que ya no están en ella...

A todos, a todas, muchas, muchísimas gracias. Todos y todas habeis ayudado a que esta flor haya crecido, abonándola con vuestro cariño y regándola con todas esas lágrimas, tanto tristes como alegres. Me habeis ayudado a transformarme en la mejor versión de mí. Y, sobre todo, tú, que lo has hecho todo. Os (te) quiero :)

"Haz de la sonrisa un compañero de tu vida. Te será fácil si descubres todos los buenos aspectos que posees, por pocos que sean"

martes, 13 de diciembre de 2011

Brillante

Raro... me he sentido raro. Es raro encontrar a alguien que no se buscaba, pero también es raro encontrar a alguien que nunca quisiste encontrar. Y es más raro aún hacer algo bueno por alguien que ha dejado claro que tu existencia en su mundo ha sido poco menos que un tropiezo.

A pesar de saber que he hecho lo correcto, no pude evitar sentirme atribulado, hasta que alguien muy querido me dijo esto:
"Deseo que hoy experimentes paz dentro de ti, que confíes que te encuentras exactamente donde debes estar, que no olvides las posibilidades infinitas que nacen de la confianza en ti mismo y en otros, que utilices los dones que has recibido y que transmitas a otros el amor que se te ha dado.
Deseo que estés feliz contigo mismo por lo que eres. Deja esta sabiduría asentarse en tus huesos y deja a tu alma cantar, bailar y amar libremente. Está ahí para cada uno de nosotros"

Mi don es ayudar, y siempre me sentiré bien al hacerlo. Sea a quien sea, lo seguiré haciendo.

"Con los buenos, serás bueno, con los malos, serás bueno también para hacerlos buenos"

martes, 15 de noviembre de 2011

Aquí todos flotamos...

Curioso este mundo es. Por ejemplo, me parece muy curioso que el título de esta entrada esté relacionado con mi desconfianza hacia los payasos así como con mi confianza en que, estemos en el medio que estemos, terminaremos subiendo de una forma u otra.

Si te asfixias, mira al cielo; si te ahogas, nada hacia arriba; si te caes, disfruta la caída, y cuando sientas que el batacazo ha sido lo bastante fuerte, sonríe, porque eso te hará comprender que ya no puedes ir más abajo y que sólo hay un camino posible... arriba. Aunque duela, sigue escalando. Aunque te sangren las manos, continúa ascendiendo. Tal vez resbales por el camino, pero sólo encontrarás un camino a seguir. Lo demás sería volver a empezar el proceso, aunque si lo necesitas, hazlo. A veces hay que enfrentarse varias veces a lo mismo hasta que nuestro egocéntrico ego deja de emitir interferencias en nuestro corazón. Pero al final, sólo queda un camino... arriba. Mira, nada, escala, vuela, flota, pero siempre a lo alto, hasta el infinito y más allá...

... más allá de la inmadurez y las peleas de patio de colegio está la mejor versión de ti que has conocido y que tiene el potencial de seguir subiendo y subiendo. Porque aquí todos flotamos, Georgie... :)

"Caerse está permitido; levantarse es obligatorio"

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Corazas y corazones

Desde nuestra más tierna infancia nos vamos cubriendo con capas, corazas, máscaras, armaduras, burbujas que pretenden protegernos de las influencias externas, todos esos males que nos acechan tras cada esquina, bajo la cama, dentro del armario... A veces lo consiguen y dejamos de temer todas esas cosas que nos quitan el sueño; otras veces, la mayoría en realidad, tienen otro efecto secundario: aislarnos de nosotros mismos. Empezamos a vivir por encima de todas esas envolturas que hemos creado sin tener contacto con nosotros mismos, con nuestro auténtico ser. Nos convertimos en zombies vagando sin rumbo, dejándonos llevar por la corriente del trabajo, la familia, las facturas, las relaciones, los miedos... Sí, intentamos huir de los miedos y acabamos sumergidos en ellos porque lo único que hemos logrado es escapar de nosotros mismos.

La forma de cambiar esto es sencilla, muy sencilla, pero dolorosa. Romper todas esas capas que hemos creado; excavar esa dura superficie hasta toparnos con nuestro verdadero ser; conocernos, aceptarnos, perdonarnos, amarnos, aprender a vivir con nuestro espíritu, escucharlo y entrar en armonía con él; limpiar todo lo que lo ensucia y dejar que brille y que esa luz guíe nuestros pasos hacia adelante, hacia arriba, para elevarnos y renacer cual ave fénix.
Normalmente, la mejor solución es la que más duele.

Poco a poco, pasito a pasito, voy renaciendo. Dejando atrás la pena, el llanto, el dolor, la rabia, el apego, el control...

"Si le quitas al hombre fuerte sus tragedias dejará de ser un hombre fuerte"

domingo, 21 de agosto de 2011

El punto de calma

Parece mentira la de cosas que pueden suceder en un determinado periodo de tiempo. Claro, ésto se ve muy lógico si pensamos en siglos, décadas, años o incluso meses. Pero, ¿qué pasa cuando reducimos ese intervalo a semanas, días u horas? El resultado es que el efecto de esos pequeños acontecimientos puede ser devastador. El mundo entero puede temblar en un segundo, se puede pasar del amor más intenso a la indiferencia más absoluta en un pestañeo y una vida, o muchas vidas, pueden volverse patas arriba en un momento.

¿Qué hacer para detener el cambio? La respuesta es sencilla de entender, pero muy difícil de asimilar: NADA. No se puede hacer nada para detener el cambio. Como dije en mi entrada anterior, el cambio no va a detenerse porque tú no lo desees. Es una realidad cruel que no hace más que demostrar lo insignificante que es la vida de una persona comparada con el fluir del Universo. Así, el único remedio que tenemos para evitar que la marea del cambio nos ahogue es fluir con él. Nuestro único bálsamo para aliviar la tortura de nuestra alma está en nosotros mismos. Hay que encontrar el punto de calma en nuestro interior; ese lugar donde todo es cálido, que nos hace sentir en nuestro verdadero hogar. Ese punto no se encuentra abrazando recuerdos ni adormeciendo nuestros sentimientos para no notar el dolor. Es el punto en el que sabemos que todo continúa, que todo va a salir bien por mucho dolor que pasemos. Al principio puede ser un pequeñísimo espacio que nos relaja, pero una vez lo encontremos crecerá. Cuanto más contacto tengamos con él, cuanto más lo acariciemos, cuantas más cosquillas le hagamos, más grande se hará y estaremos más convencidos de que todo pasa, nada es eterno, ni la felicidad ni el sufrimiento, lo que nos permitirá comprender que todo va a salir bien.

Todo va a salir bien. Todo estará como debe estar. Todo pasa. Siempre.

"Si caes siete veces, levántate ocho"






martes, 28 de junio de 2011

Asociación libre

Llevo tiempo queriendo actualizar este rinconcito, componer una bella prosa que estremezca mi espíritu y el de todo o toda aquel o aquella que se atreva a husmear en la raquítica logorrea que se escapa de mis células grises a través de los extremos de mis dígitos, pero, por bien o por mal, nunca lo hago. Quiero encontrar un tema bonito y esperanzador sobre el que disertar pero no lo encuentro. Cuando se me ocurre el tema perfecto, no encuentro el tiempo necesario para dedicarle una entrada.
Sí, mi proceso de escritura es lento y errático; hay quien le diagnosticaría un SDAH pero no tan grave como para tener que medicarlo, así que hoy he decidido hacer caso al consejo de mi hermano John y dejar escapar unas cuantas incoherencias (coherentes para mí) y que cada cual o cada cuala las interprete como le salga del naipe:

- Cuanto más te rascas, más te pica.
- Es muy difícil ser español en el sur.
- La causa del sufrimiento es el apego.
- Si te gusta la piña colonia no tienes más que ir a Babilonia.
- Las ganas de matar aumentan en un supermercado lleno de gente que rebota contra ti.
- Los gatitos son muy monos aunque se droguen.
- Gravedad, ¿por qué la tomas conmigo?
- El chino tiene el detalle de recordarte la segunda parte dentro de la tercera. Por si te olvidas...
- Come, come, come, come, come...
- Es más fea que un bizco inflando un globo.
- No te prometo que lo intentaré, pero intentaré intentarlo.
- No lo intentes; hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes.
- Suena ya, puto teléfono.
- Por mucho que lo sueñe no pienso tratar a una psicóloga un sábado a las nueve de la mañana durante un evento friki.
- El cambio no se va a adaptar a ti, así que más te vale asumirlo.
- Es lo que hay; si no te gusta, ponle un lazo.

Y hasta aquí mis tonterías de hoy. Ea, a pasarlo bien.

"Quien puede vencer a los otros es fuerte, pero quien se vence a sí mismo es verdaderamente poderoso"

viernes, 20 de mayo de 2011

Felicidad

¿Qué es para ti la felicidad? Le preguntó a su amado antes de echar a volar...
Es una pregunta que siempre llevamos en el corazón, aunque pocas veces la expresamos o tratamos de responderla. Nos limitamos a pensar: "soy feliz", "vivo feliz", "quiero ser feliz" pero, ¿qué es para ti la felicidad? Pensamos en la felicidad como algo abstracto, un concepto filosófico y global que obedece a la ley del "todo o nada"; soy feliz o no soy feliz. Creo que, al igual que la mayoría de las cosas, la felicidad es un tejido pluricelular, formado por multitud de pequeños componentes o, para mí, de pequeñas cosas, pequeños momentos; una suma de acontecimientos que hacen que se curven las comisuras de tus labios y algo en tu interior se expanda como si fueras a explotar en un millón de brillantes colores.

Entonces, ¿qué es para mí la felicidad? Sentir la lluvia mojando mi piel, contemplar un arcoiris, escuchar una sucesión perfecta de notas, escuchar una nota que suena perfecta, hacer vibrar una cuerda para encontrar esa nota, sentir la arena bajo mis pies, saborear una comida en su punto, reir hasta que me duelan las mejillas, entender un idioma extranjero, convertir en palabras una simple sucesión de trazos, ayudar a quien me necesita, encontrar la pieza que no encaja y devolverla a su lugar, sentir como se mueven los tejidos bajo mis dedos, notar cómo mi cuerpo se rebela por las agujetas, deslizarme sobre ruedas como si flotara, tu mirada, tu sonrisa traviesa, tus mordiscos, tus arrebatos salvajes, hacerte reir, tirarte de los dedos de los pies, besarte, que me beses, abrazarte, que me abraces, sentirte, que me sientas, quererte, que me quieras...
Podría seguir durante horas y horas, pero es más productivo sentir la felicidad que divagar sobre ella.

Ya sólo queda algo por decir: ¿qué es para ti la felicidad?

"El recuerdo de los hechos pasados es una enseñanza para el futuro"

miércoles, 11 de mayo de 2011

Mi hemisferio derecho

Desde que puedo recordar, siempre me ha costado mucho escribir. Las páginas en blanco me daban fobia. Cada vez que me mandaban algún trabajo creativo como una redacción o un dibujo, lo pasaba realmente mal hasta que lograba encadenar las palabras, enlazar los trazos para conseguir sacar algo de mi lado artístico. Aunque el resultado académico solía ser bueno (excepto para los dibujos, en los que nunca he destacado lo más mínimo) yo pensaba: "¿realmente ha merecido la pena tanta ansiedad?"; así que, en cuanto tuve oportunidad, me dediqué a todas las actividades en las que el protagonista fuera mi hemisferio izquierdo, dejando olvidado mi lado sensible. Ahora ésto me pasa factura cuando me quedo sin palabras, atragantado en mis pensamientos racionales sin ser capaz de salir de ese bucle emitiendo algún sonido coherente.
Por eso he decidido renovarme; hacer caso a mi hemisferio derecho y dejar fluir mis pensamientos y sentimientos a través de este blog. Estoy decidido a comunicarme, tanto conmigo mismo como con todas las personas que quieran leer mis desvaríos. Aquí estoy, desempolvando mi hemisferio derecho.


"El hombre que comete una falta y no la repara comete una segunda"