viernes, 20 de mayo de 2011

Felicidad

¿Qué es para ti la felicidad? Le preguntó a su amado antes de echar a volar...
Es una pregunta que siempre llevamos en el corazón, aunque pocas veces la expresamos o tratamos de responderla. Nos limitamos a pensar: "soy feliz", "vivo feliz", "quiero ser feliz" pero, ¿qué es para ti la felicidad? Pensamos en la felicidad como algo abstracto, un concepto filosófico y global que obedece a la ley del "todo o nada"; soy feliz o no soy feliz. Creo que, al igual que la mayoría de las cosas, la felicidad es un tejido pluricelular, formado por multitud de pequeños componentes o, para mí, de pequeñas cosas, pequeños momentos; una suma de acontecimientos que hacen que se curven las comisuras de tus labios y algo en tu interior se expanda como si fueras a explotar en un millón de brillantes colores.

Entonces, ¿qué es para mí la felicidad? Sentir la lluvia mojando mi piel, contemplar un arcoiris, escuchar una sucesión perfecta de notas, escuchar una nota que suena perfecta, hacer vibrar una cuerda para encontrar esa nota, sentir la arena bajo mis pies, saborear una comida en su punto, reir hasta que me duelan las mejillas, entender un idioma extranjero, convertir en palabras una simple sucesión de trazos, ayudar a quien me necesita, encontrar la pieza que no encaja y devolverla a su lugar, sentir como se mueven los tejidos bajo mis dedos, notar cómo mi cuerpo se rebela por las agujetas, deslizarme sobre ruedas como si flotara, tu mirada, tu sonrisa traviesa, tus mordiscos, tus arrebatos salvajes, hacerte reir, tirarte de los dedos de los pies, besarte, que me beses, abrazarte, que me abraces, sentirte, que me sientas, quererte, que me quieras...
Podría seguir durante horas y horas, pero es más productivo sentir la felicidad que divagar sobre ella.

Ya sólo queda algo por decir: ¿qué es para ti la felicidad?

"El recuerdo de los hechos pasados es una enseñanza para el futuro"

miércoles, 11 de mayo de 2011

Mi hemisferio derecho

Desde que puedo recordar, siempre me ha costado mucho escribir. Las páginas en blanco me daban fobia. Cada vez que me mandaban algún trabajo creativo como una redacción o un dibujo, lo pasaba realmente mal hasta que lograba encadenar las palabras, enlazar los trazos para conseguir sacar algo de mi lado artístico. Aunque el resultado académico solía ser bueno (excepto para los dibujos, en los que nunca he destacado lo más mínimo) yo pensaba: "¿realmente ha merecido la pena tanta ansiedad?"; así que, en cuanto tuve oportunidad, me dediqué a todas las actividades en las que el protagonista fuera mi hemisferio izquierdo, dejando olvidado mi lado sensible. Ahora ésto me pasa factura cuando me quedo sin palabras, atragantado en mis pensamientos racionales sin ser capaz de salir de ese bucle emitiendo algún sonido coherente.
Por eso he decidido renovarme; hacer caso a mi hemisferio derecho y dejar fluir mis pensamientos y sentimientos a través de este blog. Estoy decidido a comunicarme, tanto conmigo mismo como con todas las personas que quieran leer mis desvaríos. Aquí estoy, desempolvando mi hemisferio derecho.


"El hombre que comete una falta y no la repara comete una segunda"