domingo, 16 de septiembre de 2018

Fuera de la caja


Me pierdo. Aunque mi cerebro está encerrado en apenas dos metros cuadrados, se siente perdido. Mando un mensaje de auxilio, una y otra vez pero nadie lo recibe. Siempre rebota en las paredes de cartón, de acero, de arena mojada de esa caja que me asfixia, agotando hasta la última brizna de vida, haciendo que mi mente se hunda en sí misma cada vez más. Cada vez más hondo, más profundo, sin signos de recuperación. Carga a 300... 

Sigue sin pulso. Se le escapa la vida y, aún así, se mueve. Segundo a segundo, hora tras hora, día tras día. Le han dicho que camine y él obedece. La vida se sigue escapando, pero él obedece. Porque es así y siempre lo ha sido. El mensaje siempre fue claro: no te salgas del camino. Agradece tu suerte. Sigue caminando. Día tras día, hora tras hora, segundo a segundo. Disfruta tu vacío hasta que sólo quede la nada. Hasta que tu espíritu se exprima del todo. Hasta que odies lo que amabas. Hasta que no quede ni una gota de ti. De tu alma. Hasta que sólo quieras llorar desde que abres los ojos. Hasta que sientas que es verdad, que eres nada, que el mensaje es cierto. Hasta que estés perdido. Hasta que hayan ganado… 

Hasta que abras los ojos y veas más allá de la bruma; de esa máquina de humo que han encendido a tu alrededor. Hasta que te preguntes por qué. Por qué ha de ser cierto lo que has oído, lo que te han contado, lo que te han implantado. Hasta que digas “basta”. Hasta que saques el pie de la órbita que te han marcado. Hasta que empieces a escuchar la voz que te llega directamente al corazón y te dice: “hazlo”. 
Respira, mira a tu alrededor y vuelve a sentir tu energía; tu esencia, tu ilusión, tu pasión. Vuelve a amar lo que haces; vuelve a sonreír mientras lo haces. Siente que eres útil y que nada ni nadie te puede hacer sentir lo contrario. Haz lo que disfrutas; disfruta de lo que haces. Desaprende lo que te han inculcado y deja sitio para todo lo que quieras aprender. Busca tu misión, desarrolla tu pasión y no dejes de sonreír. Olvida el miedo y abraza la ilusión. La decisión siempre es tuya.

“Los esfuerzos inútiles conducen a la melancolía”