viernes, 9 de noviembre de 2012

Respira


¿Notas eso? A veces suave como el roce de una pluma. Otras veces sólido como la tierra, cálido como la arena de la playa. En ocasiones frío como el metal, como el hielo cuyo contacto puede llegar a quemarte. Siempre presente, revoloteando a tu alrededor. Juguetón, provocando tu sonrisa, haciéndote cosquillas.

Respira. Inhala profundamente ese aire que quiere estar dentro de ti, acariciando todos tus rincones, llenando de vida cada una de tus células que bailan mecidas por la brisa, transformándolas en lo que desees.

Siente ese susurro que te convierte en agua al tomar contacto contigo. Nota cómo te derrites con su tacto, cómo se combinan las esencias. Ya no hay estado sólido o gaseoso. Todo fluye, dejándose llevar por la corriente, como las mareas; ahora larga y calmada, luego rápida e inquieta; ahora se vacía y en un momento se vuelve a llenar, con fuerza, como una tempestad que lo arrastra todo a su paso. Un maremoto salvaje en el que ya no se distingue dónde empieza un átomo y acaba otro. Todo está unido, fusionado, formando una conexión con el Universo, tan real que eres capaz de acariciarla, olerla y saborearla. Tan efímera que se te escapa entre los dedos para volver a abrazarte desde donde menos lo esperes y comenzar de nuevo el ciclo, formando un nuevo bucle en el que todo es como debe ser y nada escapa de la perfección.

Sonríes. Lo recuerdas todo y sientes escalofríos porque no puedes parar de pensar en ello. No quieres olvidarlo ni por un momento y no deseas más que poder sentirlo todo de nuevo porque es un lugar feliz, donde tus ojos se convierten en estrellas que iluminan incluso el rincón más oscuro.

Todo es real. Disfrútalo sin pensar en nada más. Tú lo mereces ;)

“El amor es la llave que abre las puertas de lo imposible”