¿Notas eso? A veces suave como el roce
de una pluma. Otras veces sólido como la tierra, cálido como la
arena de la playa. En ocasiones frío como el metal, como el hielo
cuyo contacto puede llegar a quemarte. Siempre presente, revoloteando
a tu alrededor. Juguetón, provocando tu sonrisa, haciéndote
cosquillas.
Respira. Inhala profundamente ese aire
que quiere estar dentro de ti, acariciando todos tus rincones,
llenando de vida cada una de tus células que bailan mecidas por la
brisa, transformándolas en lo que desees.
Siente ese susurro que te convierte en
agua al tomar contacto contigo. Nota cómo te derrites con su tacto,
cómo se combinan las esencias. Ya no hay estado sólido o gaseoso.
Todo fluye, dejándose llevar por la corriente, como las mareas;
ahora larga y calmada, luego rápida e inquieta; ahora se vacía y en
un momento se vuelve a llenar, con fuerza, como una tempestad que lo
arrastra todo a su paso. Un maremoto salvaje en el que ya no se
distingue dónde empieza un átomo y acaba otro. Todo está unido,
fusionado, formando una conexión con el Universo, tan real que eres
capaz de acariciarla, olerla y saborearla. Tan efímera que se te
escapa entre los dedos para volver a abrazarte desde donde menos lo
esperes y comenzar de nuevo el ciclo, formando un nuevo bucle en el
que todo es como debe ser y nada escapa de la perfección.
Sonríes. Lo recuerdas todo y sientes
escalofríos porque no puedes parar de pensar en ello. No quieres
olvidarlo ni por un momento y no deseas más que poder sentirlo todo
de nuevo porque es un lugar feliz, donde tus ojos se convierten en
estrellas que iluminan incluso el rincón más oscuro.
Todo es real. Disfrútalo sin pensar en
nada más. Tú lo mereces ;)
“El amor es la llave que abre las
puertas de lo imposible”