miércoles, 11 de mayo de 2011

Mi hemisferio derecho

Desde que puedo recordar, siempre me ha costado mucho escribir. Las páginas en blanco me daban fobia. Cada vez que me mandaban algún trabajo creativo como una redacción o un dibujo, lo pasaba realmente mal hasta que lograba encadenar las palabras, enlazar los trazos para conseguir sacar algo de mi lado artístico. Aunque el resultado académico solía ser bueno (excepto para los dibujos, en los que nunca he destacado lo más mínimo) yo pensaba: "¿realmente ha merecido la pena tanta ansiedad?"; así que, en cuanto tuve oportunidad, me dediqué a todas las actividades en las que el protagonista fuera mi hemisferio izquierdo, dejando olvidado mi lado sensible. Ahora ésto me pasa factura cuando me quedo sin palabras, atragantado en mis pensamientos racionales sin ser capaz de salir de ese bucle emitiendo algún sonido coherente.
Por eso he decidido renovarme; hacer caso a mi hemisferio derecho y dejar fluir mis pensamientos y sentimientos a través de este blog. Estoy decidido a comunicarme, tanto conmigo mismo como con todas las personas que quieran leer mis desvaríos. Aquí estoy, desempolvando mi hemisferio derecho.


"El hombre que comete una falta y no la repara comete una segunda"

2 comentarios:

  1. Es muy fácil si lo intentas. No hay más que ponerse a teclear sin pensar. Después todo fluye sin más, como cuando vas al loquero y aplica la "asociación libre". Tengo experiencia.

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