lunes, 19 de marzo de 2012

Misión en ¿solitario?

La nave que llevaba al Capitán a su planeta adoptivo llegó más tarde de lo esperado. El propósito del viaje era una reunión con la misteriosa Dibujante; tres días que llevarían a ambos a realizar las más variadas misiones.

Desde que se conocieron, había quedado muy claro que compartían una cierta conexión que el Capitán no llegaba a comprender del todo. A pesar de los nervios por ser su primera misión en solitario sin su inseparable compañera Muffin, el Capitán estaba emocionado por empezar sus aventuras con Dibujante.

Bastó una mirada para dejar claro que la conexión seguía ahí, incluso más fuerte que antes. Buscaron alimento, recorrieron el planeta investigando guaridas de peligrosos ladrones, consiguieron mágicas melodías y exploraron cavernas subterráneas en busca de fantasmas sin parar de reir.

Después de una noche de descanso, comenzó la más larga y dificultosa misión, para la que contarían con la ayuda de un gran equipo de aliados, encabezados por la pequeña Constructora.

Esta vez, fue más peligroso, ya que se tuvieron que enfrentar a vertiginosas montañas, animales salvajes de llamativos colores y frías cataratas de agua venenosa, en la que el Capitán quedó impregnado.

Para salvarlo, Dibujante se apresuró a llevarlo a su castillo en su aerodeslizador, guiado por una antipática navegante. Una vez allí, tras la desinfección, abrazado por la túnica de Dibujante, el Capitán se sintió a salvo... Pero una hipnótica melodía presagiaba algo que, a pesar de ser esperado y deseado, cogió al Capitán con la guardia baja. Dibujante pasó al ataque mientras el Capitán, en shock, trataba en vano de usar sus mejores técnicas. El entrenamiento fue breve y, sin embargo, intenso. Después de eso, los dos se conocieron algo mejor.

Lo que el Capitán no esperaba es que el entrenamiento con Dibujante amplificara el ruido de su cabeza; un ruido difuso procedente de épocas antiguas, del cual ya le había advertido su aliado, el Sabio Consejero. El cansancio de ambos hizo el resto y ese ruido, se convirtió en un molesto eco que rebotaba una y otra vez en su cerebro. Además, en el fragor del combate había extraviado sus elementos protectores, lo cual hizo muy difícil que el Capitán superara con éxito la última misión a la que se enfrentaría junto a Dibujante y Constructora: la observación del mal absoluto. A pesar de resultar aterradora, los tres unidos lograron vencer una vez más, recuperando también la protección del Capitán, que se sintió un poco más seguro.

Tras despedirse en el hangar, y después de comunicarse con Muffin, el Capitán se dio cuenta que, aunque el eco siguiera rebotando, la conexión existía y, pasara lo que pasara, no se rompería así como así. Mirando la luna menguante mientras el sol amenazaba con asomar, subió a su nave y despegó hacia su planeta de origen sin dejar de preguntarse: ¿Cuál será el próximo capítulo?

"Pedirán perdón los que crean que merecen absolución"