Me pierdo. Aunque mi
cerebro está encerrado en apenas dos metros cuadrados, se siente
perdido. Mando un mensaje de auxilio, una y otra vez pero nadie lo
recibe. Siempre rebota en las paredes de cartón, de acero, de arena
mojada de esa caja que me asfixia, agotando hasta la última brizna
de vida, haciendo que mi mente se hunda en sí misma cada vez más.
Cada vez más hondo, más profundo, sin signos de recuperación.
Carga a 300...
Sigue sin pulso. Se le escapa la vida y, aún así, se
mueve. Segundo a segundo, hora tras hora, día tras día. Le han
dicho que camine y él obedece. La vida se sigue escapando, pero él
obedece. Porque es así y siempre lo ha sido. El mensaje siempre fue
claro: no te salgas del camino. Agradece tu suerte. Sigue caminando.
Día tras día, hora tras hora, segundo a segundo. Disfruta tu vacío
hasta que sólo quede la nada. Hasta que tu espíritu se exprima del
todo. Hasta que odies lo que amabas. Hasta que no quede ni una gota
de ti. De tu alma. Hasta que sólo quieras llorar desde que abres los
ojos. Hasta que sientas que es verdad, que eres nada, que el mensaje
es cierto. Hasta que estés perdido. Hasta que hayan ganado…
Hasta
que abras los ojos y veas más allá de la bruma; de esa máquina de
humo que han encendido a tu alrededor. Hasta que te preguntes por
qué. Por qué ha de ser cierto lo que has oído, lo que te han
contado, lo que te han implantado. Hasta que digas “basta”. Hasta
que saques el pie de la órbita que te han marcado. Hasta que
empieces a escuchar la voz que te llega directamente al corazón y te
dice: “hazlo”.
Respira, mira a tu alrededor y vuelve a sentir tu
energía; tu esencia, tu ilusión, tu pasión. Vuelve a amar lo que
haces; vuelve a sonreír mientras lo haces. Siente que eres útil y
que nada ni nadie te puede hacer sentir lo contrario. Haz lo que
disfrutas; disfruta de lo que haces. Desaprende lo que te han
inculcado y deja sitio para todo lo que quieras aprender. Busca tu
misión, desarrolla tu pasión y no dejes de sonreír. Olvida el
miedo y abraza la ilusión. La decisión siempre es tuya.
“Los esfuerzos
inútiles conducen a la melancolía”
No hay comentarios:
Publicar un comentario